Sanar a tu niña interior con Reiki: un viaje tierno hacia el amor propio y la libertad emocional
Desde lo profundo de nuestro ser vive una parte que nunca nos abandonó: nuestra niña interior. Esa versión de ti amorosa, curiosa, sensible— experimentó alegrías, sueños y también heridas. Quizás sientes que aún responde por ti en tu vida adulta: en la timidez, en la autocrítica, en el miedo de no ser suficiente.
Con la energía del Reiki, podemos tenderle la mano a esa niña, invitarla al presente, abrazarla con compasión… y juntos sanar para volver a integrarnos enteras.
Reconociendo a la niña que habita en ti
Vivimos en un mundo que nos enseña a “ser fuertes”, “no mostrar” heridas, “seguir adelante”. Y en ese proceso, nuestra niña interior se queda en pausa: sin voz, sin juego, sin permiso para sentir. Pero ella sigue allí.
Algunos signos de que necesita tu atención:
Constantemente cobras la emoción de otros, como si tu valor dependiera de su aprobación.
Evitas pedir lo que necesitas por miedo al rechazo.
Te cuesta conectar con la alegría simple, el juego puro.
Surgen reacciones intensas que parecen venir de otra parte.
Estos síntomas son llamados señales de la niña en espera, deseando tu mirada amorosa.
¿Por qué Reiki puede ser tu puente?
Reiki trabaja con la “fuerza vital universal”, esa energía que fluye más allá de pensamientos y palabras. Lo especial de Reiki para este trabajo:
No se basa en analizar la historia con la mente: fluye directo al alma.
Su vibración es amorosa, suave, accesible para el lugar herido que tu niña interior habita.
Te permite movilizar emociones atrapadas, liberar patrones energéticos antiguos, y reconectar con la inocencia y la confianza.
Entonces, no se trata de “arreglarte” sino de re-acoger, “volver a casa” a ese espacio interno.
Preparando el espacio: suavidad y presencia
Crear un ambiente seguro es esencial para que tu niña interior se sienta sostenida. Aquí tienes unos pasos que puedes seguir:
a. Crea un rincón sagrado
Busca un lugar tranquilo. Puedes encender una vela, quemar un poco de sahumerio o colocar una piedra como la ○ Cuarzo Rosa o la ○ Rodocrosita — ambas aliadas del corazón.
b. Conecta con la tierra
Siéntate o párate descalza, respira profundo, imagina raíces que bajan desde tus pies hacia el centro de la Tierra. Esto te ayuda a aterrizar y a no quedarte “volando” con emociones fuertes.
c. Vive desde el corazón
Coloca tus manos sobre tu pecho y di en silencio o en voz alta:
“Estoy aquí para ti. Te veo. Te escucho. Eres segura conmigo.”
Deja que la intención abrace a esa niña que espera ser reconocida.
Cómo una sesión de Reiki apoya la sanación de tu niña interior
Una sesión de Reiki es un espacio seguro, suave y contenido donde puedes relajarte, bajar la guardia y permitir que el cuerpo y la mente entren en un estado de calma profunda.
Desde ese lugar, es mucho más fácil acceder a memorias guardadas, emociones bloqueadas y patrones inconscientes que provienen de tu niña interior.
A continuación te comparto cómo se vive este apoyo dentro de una sesión:
1) Estabilización del sistema nervioso
La sesión comienza ayudando al cuerpo a salir del “modo alerta”.
Cuando tu sistema nervioso se relaja:
Tu respiración se hace más profunda
La mente se aquieta
Se reduce la tensión física
Con esta calma, tu niña puede sentirse segura para mostrarse —porque ya no está en modo supervivencia.
Lo que puedes sentir: paz, calor, alivio, liberación emocional suave.
2) Corazón — Reconexión con tu niña interior
La energía se dirige naturalmente al corazón, ayudando a suavizar memorias de tristeza, rechazo o abandono.
Es como abrir una puerta interna para que esa parte de ti se acerque sin miedo.
Aquí muchas personas sienten:
Recuerdos de la infancia
Emociones contenidas
Profunda ternura o nostalgia
No hay que “empujar” nada: la energía hace el trabajo con suavidad.
Mensaje energético:
“Te veo. Estoy aquí contigo.”
3) Plexo Solar — Recuperar tu voz y tu fuerza
Esta parte trabaja con la seguridad interna, la autoestima y el derecho a existir tal como eres.
Cuando hay heridas en la niña interior, a veces aprendemos a encogernos, a complacer o a callar para evitar dolor.
En una sesión, la energía ayuda a:
Liberar miedo al rechazo
Fortalecer el poder personal
Recordar que puedes poner límites
Resultado común: sientes más valentía para expresarte.
4) Sacro — Sanar el gozo, la creatividad y la sensibilidad
El área emocional se abre y suaviza.
Aquí viven nuestra creatividad, placer y capacidad de jugar.
En muchas mujeres este espacio está bloqueado por vergüenza, culpa o reglas rígidas aprendidas de niñas.
Reiki ayuda a desbloquear ese centro para que vuelvas a sentir alegría sencilla, fluidez emocional, conexión con el cuerpo, sensualidad sana.
Resultado común: más ganas de crear, moverte, disfrutar.
5) Integración — Tu niña se trae al presente
Al final, la energía integra todo lo que se movió.
La sesión no trata de “sacar” partes de ti, sino de unirlas:
Tú yo adulto + tu niña interior = un mismo corazón.
Muchas personas salen sintiéndose:
Más ligeras
Más conectadas
Más en casa
Más completas
No porque la historia cambió, sino porque ya no la llevan solas.
6) Reflexión guiada
Después de la sesión, conversamos brevemente para integrar:
Qué sensaciones aparecieron
Qué mensajes surgieron
Qué hábitos pueden apoyar la sanación día a día
El objetivo es que no solo vivas la experiencia,
sino que puedas llevar esa energía a tu vida real.
En resumen
Una sesión de Reiki te acompaña a:
✔ Calmar el sistema nervioso
✔ Crear seguridad interna
✔ Abrir el corazón para escuchar a tu niña
✔ Recuperar tu poder personal
✔ Desbloquear la creatividad y el juego
✔ Integrar todo en el presente
Es un proceso tierno, profundo, humano.
No exige recordar todo lo que pasó;
Solo requiere tu presencia y voluntad de sanar.
Cuando le regalas amor a esa niña, también le regalas a tu mujer adulta la libertad de brillar, de crear, de sentir sin culpa. Esa libertad es el regalo más profundo que puedes darte.
Que tu camino sea tierno. Que tu corazón se abra. Que tu luz se viva con humildad y fuerza.
Con todo mi cariño,
Carmelina
Zenfulbalance.net

